lunes, 19 de noviembre de 2007

Sobre la esclavitud natural

Uno de los temas tratados por Aristóteles que en la actualidad podrían suscitar apasionados debates (tanto entre filósofos, como entre no-filósofos) es la esclavitud. La reacción que en la actualidad cualquier persona tiene frente a este tema es altamente predecible. Nadie (al menos, en público) se proclamaría partidario de la esclavitud, o la consideraría justa, o natural, o beneficiosa para la persona a quien se pretendería esclavizar. Sin embargo, no resulta tan claro que todas las personas fundamenten su posición en argumentos sólidos, y no en clichés o lugares comunes. Se reconoce, pues, que este es un tema que hay que tratar con cuidado, dada su complejidad. Una de las posibles perspectivas desde las cuales se podría abordar este tema es la biología. Aristóteles elige este camino para enfrentarse a problemas muy difíciles, como aquellos referentes a la felicidad, el modo de vida preferible, la virtud, etcétera. Se pretende en esta segunda entrega del proyecto de investigación plantear el problema con mayor precisión, evidenciar las dificultades a las que se enfrenta su desarrollo, y proponer una posible (aunque de ningún modo definitiva) solución. Teniendo en cuenta que este no pretende ser un trabajo concluyente (como probablemente tampoco lo será la última entrega), se dejarán abiertos algunos interrogantes que puedan enriquecer la discusión y que encauzarán el proyecto investigativo.

Así, la pregunta a la que se pretende dar respuesta, o al menos hacer una aproximación es la siguiente: ¿qué tan fuertes son las razones o argumentos que llevan a Aristóteles a defender la relación amo-esclavo como natural? O, en otras palabras ¿apoya la evidencia biológica recolectada por el mismo Aristóteles su tesis de la esclavitud natural? Para responder a esta pregunta se seguirán los siguientes pasos: se hará una breve exposición del concepto de esclavo en Política, posteriormente se esbozarán los argumentos que Aristóteles da a favor del carácter natural de la relación amo-esclavo. Para entender mejor a qué se refiere Aristóteles cuando habla de natural se recurrirá a la Física para explicar el término. Y, por último se analizarán algunos pasajes de Historia Animalium, ya que allí Aristóteles describe, entre otras cosas, las formas de vida y la manera en que se relacionan muchos animales. Esto se hará con el objetivo de buscar en estas formas de vida argumentos para defender o atacar la tesis aristotélica mencionada.

En el libro primero de la Política Aristóteles comienza hablando de la ciudad como la comunidad perfecta, y, para describirla en su totalidad, habla de las comunidades de las que se compone. La primera comunidad es la casa, en la que se dan principalmente tres relaciones naturales: hombre-mujer, padre-hijo y amo-esclavo (cf. Pol 1253b 6). El esclavo es descrito por Aristóteles como un instrumento perteneciente a la casa, un instrumento animado (cf. Pol 1253b 28), anterior a los demás instrumentos, ya que sin aquel, éstos no servirían para nada. El amo es, entonces amo del esclavo, y el esclavo lo es del amo y le pertenece. Algunas de las características propias del esclavo por naturaleza serían las siguientes: 1-“el hombre que por naturaleza no pertenece a sí mismo sino a otro” (Pol 1254a 15); 2-“quienes difieren entre sí tanto cuanto el alma difiere del cuerpo y el hombre del animal (y tal es la condición de aquellos cuya función es el uso del cuerpo y esto es lo mejor que pueden dar de sí)” (Pol 1254b 16) y, 3-“el que puede pertenecer a otro (y por eso mismo pertenece efectivamente a otro) y tiene relación con la razón en grado tal que la percibe pero no la posee” (Pol 1254b 21). La tercera característica tal vez no hay quedado muy clara, lo que probablemente significa que el esclavo participa de la razón pero no la posee es que el esclavo puede entender un razonamiento, pero no puede por sí mismo producirlo. Queda claro, entonces, que el esclavo que lo es por naturaleza es un hombre apto para labores manuales o físicas, pero muy poco capacitado para labores intelectuales. Sin embargo, no por esto deja de ser un hombre, ya que aun es capaz de entender un razonamiento. Cabe aclarar aquí que Aristóteles está hablando sobre los esclavos por naturaleza, ya que él mismo acepta que hay algunos hombres que son esclavos por accidente, “pues es necesario que admitan que algunos son esclavos en todas partes, y otros en ninguna” (Pol 1255a 31).

Pasemos ahora a los argumentos de Aristóteles para afirmar que hay hombres que por naturaleza pertenecen a otros. La premisa (que se pondrá en cuestión en este trabajo) de la que parte el filósofo en su argumentación es la siguiente: en la naturaleza todo aquello que está compuesto de partes evidencia una relación gobernante-gobernado, y entre estas cosas se encuentran los seres vivos, en tanto parte de la naturaleza en su conjunto (Pol 1254a 32). Así, ejemplos de la relación gobernante-gobernado se encuentran en la naturaleza con facilidad. Un animal, por ejemplo, está constituido de alma y cuerpo, y es natural que uno de ellos gobierne y el otro sea gobernado; asimismo el hombre gobierna sobre los demás animales y el macho gobierna sobre la hembra (cf. Pol 1254a 35ss). Así, el argumento de Aristóteles parece ser una implicación: si es cierto que todo en la naturaleza actúa de la manera descrita, esto es, mediante relaciones gobernante-gobernado, entonces entre los hombres debe darse también esa relación. Pero con este argumento no quedan explicadas las características del gobernado. Éste puede completarse así. Pero, si es cierto que algunos hombres deben ser por naturaleza esclavos, y otros, libres, entonces la naturaleza debió haberlos hecho de tal modo que cada cual resultara lo más apto posible para su tarea: “los [cuerpos] de éstos [los esclavos], fuertes para las tareas necesarias; los de aquéllos [los libres], erguidos e inservibles para esas ocupaciones, pero útiles para la vida política” (Pol 1254b 29). Así pues, parece ser que si Aristóteles logra demostrar, o al menos mostrar, que en la naturaleza se dan las relaciones por él expuestas, su argumento será fuerte. Aunque este punto todavía amerita un análisis cuidadoso.

Pero aun falta una pieza clave para entender lo que Aristóteles probablemente quiso decir cuando hablaba de naturalmente, o por naturaleza, refiriéndose tanto a la condición de esclavitud, de la que dice que es natural en algunos hombres, como cuando afirma que se debe estudiar lo que es natural en aquello seres que no son corrompidos (cf. Pol 1254a 36). Al principio del libro II de la Física el filósofo explica cuáles son las cosas naturales: aquellas que “tienen en sí mismas un principio de movimiento y de reposo” (Phys). A propósito del término por naturaleza Aristóteles dice: “The term 'according to nature' is applied to all these things [mencionadas en la definición anterior] and also to the attributes which belong to them in virtue of what they are, for instance the property of fire to be carried upwards-which is not a 'nature' nor 'has a nature' but is 'by nature' or 'according to nature'” (Phys). De donde se sigue que, cuando Aristóteles afirma que algunos hombres son esclavos por naturaleza se refiere a que es propio de ellos ser esclavos, les pertenecen atributos de esclavo en virtud de lo que ellos son. Pero aun no se ha hablado del carácter natural de la relación gobernante-gobernado. ¿qué significa que la relación gobernante-gobernado sea natural? Aristóteles expone muchos sentidos del concepto natural, sin embargo no es el objetivo de este texto detenerse en cada uno de ellos. La definición bajo la cual se interpretará la frase mencionada es, en términos generales, aquella según la cual natural es aquello que sucede siempre o la mayoría de las veces, “But when an event takes place always or for the most part, it is not incidental or by chance. In natural products the sequence is invariable, if there is no impediment” (Phys). De esta manera, que la relación gobernante-gobernado sea natural significa que se da siempre o la mayoría de las veces. Así, la investigación comienza a tener un objetivo más claro: revisar los estudios biológicos de Aristóteles y constatar (o desmentir) el hecho de que en la naturaleza, concretamente en los animales, se da siempre o la mayoría de las veces una relación como la descrita en páginas anteriores.

Los estudios en biología y zoología realizados por Aristóteles resultan impresionantes, tanto por la cantidad de animales que incluyó en ellos, como por la minuciosidad con que los trató. Tanto así que en muchos casos llegó cubrir muchos aspectos de los animales que estudiaba: su fisionomía, anatomía, alimentación, modos de reproducción, enfermedades y tratamientos, comportamientos con otras especies y con otros de su especie, etcétera. Precisamente es éste último el tema que en este caso nos concierne. ¿cómo se relacionan los animales con los de su especie? ¿cómo se relacionan con otras especies? Son algunas de las preguntas que pueden guiarnos hacia la respuesta de la pregunta planteada inicialmente. Sería muy dispendioso analizar todas o siquiera una parte considerable de los animales estudiados por Aristóteles. Por esta razón en este texto sólo se tratarán algunos de ellos.

En Historia Animalium Aristóteles registra información acerca de una grandísima cantidad de especies. En este caso analizaremos las siguientes: las ovejas, las grullas, las hormigas, las abejas, las avispas y los peces en general. Acerca de las ovejas, Aristóteles dice que son los cuadrúpedos más estúpidos, que a veces se alejan de su rebaño sin ningún motivo, que cuando hay una tormenta se sale del refugio y no se mueve a menos que el pastor la llame, corriendo así el peligro de morir. También comenta el autor que el pastor entrena a la oveja para que entre al albergue al sonido de un aplauso, así cuando en una tormenta oiga un golpe fuerte, se entre y no muera afuera (cf. HA 610b 20 ss). Queda evidenciada la “estupidez” de la oveja, pero más que eso, queda clara la dependencia de la oveja al pastor, ya que sin su guía moriría debido a su falta de “inteligencia”. La relación del pastor y de la oveja podría pensarse así: el pastor cuida y alimenta a la oveja, y en retribución la oveja le da lana y, en algunos casos, lo alimenta también. A propósito de las grullas Aristóteles dice que son muy inteligentes: vuelan muy alto para observar el clima, si ven muchas nubes, entonces bajan y se quedan allí. Cuando vuelan, son guiadas por un líder, y cuando aterrizan y duermen su líder se mantiene despierto atento a cualquier amenaza, para avisar a los demás (cf HA 614b 20 ss). Este es otro ejemplo que favorece la tesis de Aristóteles, pues resulta muy claro que entre las grullas también se dan los gobernados y los gobernantes, en este caso Aristóteles llama guía al gobernante.

A las abejas Aristóteles les dedica muchas líneas. En ellas habla sobre los diferentes tipos de abejas y las jerarquías que entre ellas se dan. Habla sobre los reyes (que en la actualidad son las reinas) y su importancia para una colmena. Dice que, en términos generales, que los reyes nunca dejan una colmena. Si lo hacen por alguna razón (p.ej. en busca de comida) lo hacen junto con todo el enjambre. Si los reyes no pueden volar, entonces el enjambre los carga. Cuando un enjambre joven se pierde, se orientan de vuelta por el aroma de su líder. Cuando el rey de un enjambre muere, el enjambre también muere. Si un enjambre sobrevive a la muerte de su rey, cuando construya la colmena no producirán miel y morirán. Asimismo, cuando los reyes resultan de una categoría inferior o son defectuosos o inútiles, las abejas trabajadoras los matan, al igual que matan a los zánganos y a las abejas ladronas. Cuando las abejas trabajadoras logran matar a alguno de sus reyes ineficientes, la colmena se vuelve muy productiva, si fallan, la colmena deja de funcionar y mueren antes de otoño (cf. HA 624a 20 –b 30). En el caso de las abejas no podría hacerse más indiscutible la dependencia entre las abejas reyes y las demás abejas. Especialmente la relación es clara entre las abejas trabajadoras y las abejas reyes. Las abejas reyes dependen de las abejas trabajadoras porque aquellas se mantienen en el panal y casi nunca salen, así que las abejas jóvenes salen a conseguir el alimento y la cera con la que construyen el panal. Estas abejas alimentan a toda la comunidad, y, entre ella, a los reyes. Los reyes, por su parte aseguran la reproducción y la producción de miel, ya que, como se dijo, sin rey, un panal no produce miel. Es una relación clara de interdependencia, a pesar de que también sea claro quien está por encima de quién en la jerarquía.

En el caso de las avispas sucede algo muy similar a lo visto con las abejas. La dinámica en general es así: las avispas se dividen en avispas-madre y en avispas-trabajadoras. La avispa madre encuentra un refugio en verano, cuando ya las avispas trabajadoras han muerto en el solsticio de invierno, y allí produce larvas de avispas trabajadoras. Durante el primer año la avispa madre cuida de las avispas trabajadoras. Cuando éstas crecen, aumentan el tamaño del refugio (colmena), construyen otras colmenas y la avispa madre deja de producir avispas trabajadoras y produce sólo avispas madre. Entonces, la avispa madre ya no hace nada, sólo espera a que las avispas trabajadoras la alimenten (cf. HA 627b 25ss). En este caso no parece hacer falta ninguna aclaración, en las avispas también se presenta la relación gobernante-gobernado. Dependiendo mutuamente uno del otro. Y en los peces sucede algo muy parecido, ya que la mayoría de peces se congregan en cardúmenes o bancos (shoals), y todos los bancos tienen líderes (cf HA 598a 28).

Hasta ahora parecería que las observaciones hechas por Aristóteles en HA avalan su teoría de la esclavitud natural. Sin embargo, todavía falta un caso importante: las hormigas. Aristóteles afirma que entre los animales más industriosos está la hormiga; además es posible observar cómo marchan una tras otra, cómo recolectan y almacenan comida, y hacen esto incluso en las noches (cf. HA 622b 20). Sin embargo, y este es un punto muy importante, el filósofo también señala que las hormigas, así como muchas más criaturas, no dependen de nadie que las guíe ni que las gobierne: “Again, of these social creatures some submit to a ruler, others are subject to no governance: as, for instance, the crane and the several sorts of bee submit to a ruler, whereas ants and numerous other creatures are every one his own master” (HA 488a 10). Este es, sin duda, un punto frágil en la teoría de Aristóteles. Pues no es el problema sólo de las hormigas, ya que, como se explicó más arriba, en el concepto natural pueden aceptarse algunas excepciones, ya que lo natural sucede siempre o la mayoría de las veces. Pero si se admite que no son sólo las hormigas, sino que hay muchas otras criaturas en las que no se manifiesta la relación gobernante-gobernado, entonces puede haber problemas con la tesis según la cual esa relación es natural.

Así, teniendo en cuenta todo lo anterior es posible plantear algunas hipótesis con respecto al actual problema. Siendo que la fortaleza de la tesis que defiende el carácter natural de la relación amo-esclavo depende de que tal relación en efecto se dé siempre o en la mayoría de los casos, la demostración de tal tesis debe estar centrada en las observaciones biológicas. Tales observaciones nos dan cientos de ejemplos en los que la relación en cuestión se da efectivamente. Pero, por otro lado, también nos dice que hay muchos otros casos en los que no se da. Surge entonces la pregunta ¿qué cantidad se necesita para considerar la frecuencia de un evento como mayoría, especialmente si no se tiene un número de casos totales? ¿A cuál de las afirmaciones de Aristóteles debemos conceder más peso: a la que habla de la cantidad de casos en que la relación no se da, o a todos los estudios específicos en que muestra que tal relación sí se da?

Parece que no será fácil encontrar respuestas a las anteriores preguntas, pero podría pensarse en otros caminos. ¿podría haber otra definición del concepto natural que no derive en tantos problemas y que sea confiable para interpretar las afirmaciones de Aristóteles? Parece ser que el problema aquí planteado no se puede resolver si no se resuelven estas preguntas. Habría entonces tres caminos: responder de algún modo las preguntas planteadas en los párrafos anteriores, replantear la formulación del problema, o lanzarse arbitrariamente a la defensa de alguna de las dos posibilidades: no aceptar la evidencia biológica, o aceptarla.

BIBLIOGRAFÍA

ARISTÓTELES

[HA] (1956) Historia Animalium. (trad. D. Wentworth Thompson). Oxford. Oxford University Press.

[Pol] Política. (trad. M. I. Santa Cruz, M. I. Crespo). Editorial Losada.

[Phys] Physics. (trad. R. P. Hardie, R. K . Gaye).

2 comentarios:

Miguel G. dijo...

Lo quiero felicitar porque hizo una muy buena segunda entrega. Igual hay muchas cositas concretas que se pueden mejorar (algo que creo que usted mismo podría notar si revisa con calma; o si quiere lo podemos hablar personalmente), pero en general tanto el camino que sigue como los textos a los que se remiten son contundentes y están muy bien tratados.

Le quería hacer un comentario. Al comienzo, usted le pone cierta dosis de dramatismo al tema de la esclavitud, pero realmente en los textos de Aristóteles está tratado, como usted también lo señala, de una manera muy simple y casi que muy ingenua: como una relación de gobernante-gobernado. El problema, claro está, radica en que él diga que eso se da por naturaleza. Pero en la actualidad no creo que haya que ir muy lejos: ¿acaso los trabajadores no son esclavos de sus jefes en ese sentido de gobernante-gobernado? ¿Acaso no pasa lo mismo con los políticos y los ciudadanos que votan por ellos? En fin, creo que si usted aborda el comienzo del ensayo con planteamientos análogos puede darle vigencia al problema que está tratando Aristóteles: que no se crea que es la esclavitud que ya se acabó y que está en un pasado remoto, sino que es algo actual y que él nos puede dar mucho en qué pensar. Entonces, le sugiero que reemplace ese dramatismo por mostrar la vigencia del pensamiento de Aristóteles.

Juan Camilo dijo...

Me gusta su trabajo y creo que en cuanto al contenido va muy bien (salvo un par de cosas q le diré acá tambien), pero hay cosas que quisiera discutir un poco para que su texto no pierda la fuerza que podría tener. Vea este párrafo de su texto:

“Para responder a esta pregunta se seguirán los siguientes pasos: se hará una breve exposición del concepto de esclavo en Política, posteriormente se esbozarán los argumentos que Aristóteles da a favor del carácter natural de la relación amo-esclavo. Para entender mejor a qué se refiere Aristóteles cuando habla de natural se recurrirá a la Física para explicar el término. Y, por último se analizarán algunos pasajes de Historia Animalium, ya que allí Aristóteles describe, entre otras cosas, las formas de vida y la manera en que se relacionan muchos animales. Esto se hará con el objetivo de buscar en estas formas de vida argumentos para defender o atacar la tesis aristotélica mencionada.”

A mi modo de ver este tipo de párrafos son agotadores salvo en los casos en que se exige un abstract al inicio del ensayo, de lo contrario me parece “romper la piñata” o "patear la lonchera" o "contar el final de la película". Personalmente creo que podría ahorrarse este párrafo (y otro en el caso de los ejemplos) para no entorpecer la lectura: lo que creo que hace el párrafo es más o menos distraer al lector con un montón de procesos que todavía no entiende y adelantarse en el tránsito en el que lo lleva el ensayo. Pero claro, bien puede no estar de acuerdo en que en los ensayos sea necesario mantener cierta “tensión” e incertidumbre literaria.

Siendo mamerto: Redacte mejor esta frase “El amo es, entonces amo del esclavo, y el esclavo lo es del amo y le pertenece.” porque, aunque es evidente que el esclavo es tal cosa -esclavo- del amo, la oración no deja de ser ambigua y uno podría entender que el “lo es” se refiere a la calidad de amo entonces el esclavo sería amo del amo.

Usted afirma junto a Aristóteles que “el esclavo puede entender un razonamiento, pero no puede por sí mismo producirlo” y creo que debería recordar acá la distinción entre razón y razón práctica porque sería absurdo pensar que el esclavo va a dejar de producir racionamientos prácticos, por ejemplo, para evitar morir cayendo en un pozo.

Me parece que pasa muy por encima el ejemplo de la oveja: "Queda evidenciada la “estupidez” de la oveja, pero más que eso, queda clara la dependencia de la oveja al pastor, ya que sin su guía moriría debido a su falta de “inteligencia”-" podríamos preguntarnos, por ejemplo, cómo es natural el sentido de gobernante-gobernado cuando no parece ser natural el que las ovejas y el pastor (que es un ser humano) se relacionen naturalmente desde que existen. Si la dependencia de la oveja al pastor fuera necesaria para su supervivencia entonces por qué la especie de la oveja no se extinguió antaño cuando los hombres sólo las mataban y las comían sin tener en cuenta su cría y reproducción para mayor beneficio. En generalme parece que da más ejemplos de los que necesitasu argumento.

Saludos, Juan Camilo.